lunes, 2 de septiembre de 2013

  1. Vivir Valdemoro

    HOY OS CUENTO

    Tengo tal enredo en mí cabeza, que
    no se por dónde empezar. Todas las
    opiniones, protestas y lamentos, son
    voces de personas que merecen ser
    escuchadas y atendidas. Son muchas
    las cosas que te cuentan, comentan o
    escuchas al cabo del día, en cualquier
    parte, y que expresan su indignación,
    repulsa e impotencia al ver el atropello
    y los abusos que están sufriendo la
    mayoría de las familias en sus propias
    carnes. Donde más mella hace, donde
    los palos sacuden más y más fuerte,
    es sobre todo en la clase media y pobre,
    la clase trabajadora y los parados.
    Voces y quejas de jóvenes y padres
    por las zancadillas que les ponen en
    relación con las nuevas normas y exigencias
    de la educación. Voces de
    todos aquellos padres a los que han
    denegado las becas y ayudas para sus
    hijos, ayudas en los libros, material
    escolar y comedor. Quieren volver al
    pasado, a que los hijos de los pobres
    y trabajadores vuelvan a andar descalzos
    y sin camisa por los campos y
    barrios, sin casi tener la oportunidad
    de aprender las cuatro reglas básicas
    para entender y poder reclamar y reivindicar
    sus derechos como persona y
    ser humano.
    Desde aquellos tiempos han pasado
    muchas cosas, los hijos de los
    pobres y los trabajadores fueron evolucionando,
    abriéndose camino paso
    a paso, poco a poco, hacia adelante,
    subiendo cada escalafón con muchísimo
    esfuerzo y sudor, el esfuerzo de
    los hijos por ser algo más en la vida,
    por alcanzar aquellos conocimientos
    que estaban vetados a los pobres,
    para alcanzar los mismos derechos y
    oportunidades que los demás y no ser
    reprimidos por su condición social y
    monetaria. El esfuerzo de los padres
    dejándose la piel a tiras, el sudor en
    la tierra y la vida para que sus hijos no
    fueran como ellos, pobres ignorantes,
    y no fueran oprimidos. Pero no voy a
    seguir hablando de los años de lucha
    que vivieron nuestros antepasados,
    nuestros padres, por conseguir unos
    derechos de expresión libre e igualdad
    para todos. Hoy, ahora mismo, la
    mayoría de los padres se preguntan
    qué va a pasar con la educación de
    sus hijos. Si ponen tantas trabas y exigencias
    absurdas que hasta la persona
    más ignorante del planeta no llega
    a comprender.
    ¿Cómo es posible que a un niño de
    parvulario le exijan tanto material escolar?
    Medidas y marcas específicas
    cuando esa pobre criatura todavía
    apenas sabe sujetar entre sus pequeños
    dedos un lápiz ni marcar una sola
    vocal. Me parece un gasto innecesario
    cuando esa pequeña criatura solamente
    empieza a conjugar las vocales,
    consonantes, los números y los colores,
    por medio de juegos. Los padres
    no podrán comprar, pagar los libros
    y material escolar de sus hijos si se
    han puesto por la nubes, si está uno
    en paro, o los dos, que se ven negros
    para pagar el alquiler y alimentar y por
    no nombrar los gastos básicos y necesarios
    de una casa, ¿Qué familia con
    dos o tres hijos en edad escolar puede
    afrontar semejante gasto? Muchas de
    estas familias viven de un sueldo no
    superior a 800 euros mensuales, otras
    solo viven con una pequeña ayuda de
    400 euros y otra parte ni siquiera eso,
    cuando un promedio por niño, este
    curso les cuesta a los padres de 700 a
    900 euros empezar el curso, sin contar
    todo el costo del resto de curso. Y yo
    me vuelvo a preguntar: ¿Qué pasará
    con esos futuros y noveles estudiantes
    del futuro? ¿Tendrán que dejar de
    recibir la educación que dignamente
    se merecen? ¿Tendrán qué volver a la
    antigua España de la opresión? Y andar
    descalzos y sin camisa mendigando
    un futuro.
    Y ahora yo les pregunto a todos
    esos señores que dirigen a este país
    y que dicen que se preocupan por el
    bienestar y la economía del pueblo
    español: ¿Dónde están la igualdad y
    los derechos a una educación de libre
    elección sin ninguna clase de discriminación
    social y económica? ¿Dónde
    está el derecho a vivir con dignidad?
    ¿Dónde están esos derechos de la
    Constitución Española que se firmó y
    se juró respetar y defender?
    Ya no sé que pensar, ni que creer, Ya
    que soy una persona ignorante, perdida
    en alguna parte del mundo que
    no comprende, ni entiende ni sabe
    escribir.
    Hoy te cuento
    no se por dónde empezar. Todas las
    opiniones, protestas y lamentos, son
    voces de personas que merecen ser
    escuchadas y atendidas. Son muchas
    las cosas que te cuentan, comentan o
    escuchas al cabo del día, en cualquier
    parte, y que expresan su indignación,
    repulsa e impotencia al ver el atropello
    y los abusos que están sufriendo la
    mayoría de las familias en sus propias
    carnes. Donde más mella hace, donde
    los palos sacuden más y más fuerte,
    es sobre todo en la clase media y pobre,
    la clase trabajadora y los parados.
    Voces y quejas de jóvenes y padres
    por las zancadillas que les ponen en
    relación con las nuevas normas y exigencias
    de la educación. Voces de
    todos aquellos padres a los que han
    denegado las becas y ayudas para sus
    hijos, ayudas en los libros, material
    escolar y comedor. Quieren volver al
    pasado, a que los hijos de los pobres
    y trabajadores vuelvan a andar descalzos
    y sin camisa por los campos y
    barrios, sin casi tener la oportunidad
    de aprender las cuatro reglas básicas
    para entender y poder reclamar y reivindicar
    sus derechos como persona y
    ser humano.
    Desde aquellos tiempos han pasado
    muchas cosas, los hijos de los
    pobres y los trabajadores fueron evolucionando,
    abriéndose camino paso
    a paso, poco a poco, hacia adelante,
    subiendo cada escalafón con muchísimo
    esfuerzo y sudor, el esfuerzo de
    los hijos por ser algo más en la vida,
    por alcanzar aquellos conocimientos
    que estaban vetados a los pobres,
    para alcanzar los mismos derechos y
    oportunidades que los demás y no ser
    reprimidos por su condición social y
    monetaria. El esfuerzo de los padres
    dejándose la piel a tiras, el sudor en
    la tierra y la vida para que sus hijos no
    fueran como ellos, pobres ignorantes,
    y no fueran oprimidos. Pero no voy a
    seguir hablando de los años de lucha
    que vivieron nuestros antepasados,
    nuestros padres, por conseguir unos
    derechos de expresión libre e igualdad
    para todos. Hoy, ahora mismo, la
    mayoría de los padres se preguntan
    qué va a pasar con la educación de
    sus hijos. Si ponen tantas trabas y exigencias
    absurdas que hasta la persona
    más ignorante del planeta no llega
    a comprender.
    ¿Cómo es posible que a un niño de
    parvulario le exijan tanto material escolar?
    Medidas y marcas específicas
    cuando esa pobre criatura todavía
    apenas sabe sujetar entre sus pequeños
    dedos un lápiz ni marcar una sola
    vocal. Me parece un gasto innecesario
    cuando esa pequeña criatura solamente
    empieza a conjugar las vocales,
    consonantes, los números y los colores,
    por medio de juegos. Los padres
    no podrán comprar, pagar los libros
    y material escolar de sus hijos si se
    han puesto por la nubes, si está uno
    en paro, o los dos, que se ven negros
    para pagar el alquiler y alimentar y por
    no nombrar los gastos básicos y necesarios
    de una casa, ¿Qué familia con
    dos o tres hijos en edad escolar puede
    afrontar semejante gasto? Muchas de
    estas familias viven de un sueldo no
    superior a 800 euros mensuales, otras
    solo viven con una pequeña ayuda de
    400 euros y otra parte ni siquiera eso,
    cuando un promedio por niño, este
    curso les cuesta a los padres de 700 a
    900 euros empezar el curso, sin contar
    todo el costo del resto de curso. Y yo
    me vuelvo a preguntar: ¿Qué pasará
    con esos futuros y noveles estudiantes
    del futuro? ¿Tendrán que dejar de
    recibir la educación que dignamente
    se merecen? ¿Tendrán qué volver a la
    antigua España de la opresión? Y andar
    descalzos y sin camisa mendigando
    un futuro.
    Y ahora yo les pregunto a todos
    esos señores que dirigen a este país
    y que dicen que se preocupan por el
    bienestar y la economía del pueblo
    español: ¿Dónde están la igualdad y
    los derechos a una educación de libre
    elección sin ninguna clase de discriminación
    social y económica? ¿Dónde
    está el derecho a vivir con dignidad?
    ¿Dónde están esos derechos de la
    Constitución Española que se firmó y
    se juró respetar y defender?
    Ya no sé que pensar, ni que creer, Ya
    que soy una persona ignorante, perdida
    en alguna parte del mundo que
    no comprende, ni entiende ni sabe
    escribir.

    ALBA SANTOS

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