Vivir Valdemoro

RUTINA DIARIA

   Un nuevo día amanece, la luz entra por mi ventana llamándome y me dice susurrandome que hay que levantarse.Perezosa y remolona me giro y escondo mi cabeza entre las sábanas acurrucando de nuevo la pereza contra la almohada. 

   Suena el maldito despertador, bostezo y estiro mis brazos por encima del esbozo de la sábana, me levanto y poso mis pies descalzos sobre el suelo frío.

   Un nuevo día  más de primavera con colores estivales empieza y la rutina. De aroma de geranios, claveles  y violetas, de hierba verde y fresca, de mañanas soleadas de trigo, de nubes de algodón, de gotas de lluvia de cristal.

   Con pasos robotizados me dirijo a la cocina, al baño. Un vistazo rápido al armario... ¿Qué me pongo?

   El silbido de la cafetera suena, el último aviso, el último retoque en el espejo, un pequeño sorbo de café medio frío.

   Pasos veloces hacia el autobús, al trabajo, al colegio, a la compra, a casa. De nuevo vuelta al trabajo, una copa rápida con los compañeros, siempre lo mismo, siempre la misma rutina.Las mismas caras, las mismas personas, los mismos gestos y muecas en los saludos en la despedida. La misma rutina de siempre.

   Las hora, los minutos, los segundos se atropellan en el reloj, en el movimiento lento de sus manecillas imponiendo el orden del tiempo, de la vida y la muerte, imponiéndose en la esfera al final del día y la noche.

   La noche cae, nos pilla desprevenidos y nos susurra al oído... mañana, hoy ya ha terminado. Me relajo frente al televisor, me adormezco acurrucada entre los cojines y me sigue susurrando al oído... mañana la misma rutina.

   El sueño y el cansancio me invaden, me estiro, bostezo y me voy a la cama.El día acaba y la noche me invita al descanso,a los sueños acurrucada con mi almohada. Las manecilla del reloj se detienen, la rutina se para hasta el día siguiente.

   Amanece un nuevo día, la luz entra por mi ventana, suena el maldito despertador y la misma rutina.

Alba Santos

escrit.albasantos@hotmail.com